jueves, 20 de abril de 2017

El ancestral batán andino en un Simposio Internacional de Escultura 

La obra pétrea de Pablo Yactayo en Bento Gonçalves  
Brazil 2014

Con la participación de once escultores del mundo, Petre Petrov (Bulgaria), Remigio Dávila (España), Laura Marcos (Argentina), Jorge De Santiago (México), Kemal Tufan (Turquía), Michail  Vouzounerakis (Grecia), Sestilio Burattini (Italia), Tzeitel Henández (Costa Rica), Marcia de Bernardo y Rogério Baierle (Brasil), y Pablo Yactayo (Perú) se  realizó el  Simposio Internacional de  Escultura en la ciudad de Bento Gonçalves, Río Grande do Sul, entre el 24 de octubre y el 9 de noviembre del 2014.

El simposio estuvo a cargo del Instituto Tarcísio Vasco Michelon  y Angela Martins en la organización; con la dirección artística del  escultor  costarricense Aquiles Jiménez y la coordinación de Massimo Colacecci.

En el  gran campus de ejecución artística, los bloques de granito rojo con ingentes dimensiones y de variadas toneladas  esperaron el primer día a los artistas quienes aceptaron el desafío de esculpir sus creaciones que previamente habían esbozado en maquetas  con las que, luego de ser aprobadas y elegidas de entre 50 artistas previamente seleccionados, se clasificaron para ser parte de este acreditado simposio internacional de escultura.  A cada escultor se le hizo entrega de una caja de madera grande con ruedas conteniendo una amoladora grande y una pequeña con sus respectivos discos diamantados; combas y cinceles; escuadra, cinta métrica y lápices; además de camiseta, gorra y mameluco para el trabajo. Cada día esculpieron delante del público asistente y periodistas que se interesaron por ser testigos del proceso de cómo se realiza una escultura.

El peruano Pablo Yactayo  presentó una maqueta de dos piezas, un  batán andino que son  piedras para moler, y lo esculpió con reminiscencias ancestrales de Los Andes sobre dos grandes bloques de granito que superaron las 15 toneladas y alcanzaron una altura de casi dos metros por  dos de ancho y un metro de profundidad. La obra lítica lleva en sus perfiles generales la impronta de las formas escalonadas milenarias donde la piedra superior  puede balancearse a través de su base que es una gran curva dispuesta sobre la recta de la superficie horizontal de la otra piedra geométrica que la resiste. Además,  horadó no sólo unos agujeros para simbolizar el agua vital sino que en su conjunto lleva como relieves una serie de círculos que denotan  los tiempos inmemoriales de su fascinante historia; y, de modo especial y oculta está grabada la chakana, una cruz estructural nacida en el cielo del hemisferio austral. En la vida común cordillerana andina, desde remotas épocas, estas piedras sirven para moler los alimentos.

El jurado del simposio integrado por Constantina Iconomópulos(Grecia), José Francisco Alves (Brasil) y Mario Cladera (Uruguay) escribió así acerca del batán andino: “Esta obra, como otras de Pablo Yactayo, demuestra la posibilidad de realizar una obra contemporánea sin apartarse de la identidad cultural del autor. … Sorprende ver cómo la ancestralidad y la herencia cultural hacen  eco en este trabajo, pero no por eso queda restringido a la reproducción…  Su trabajo nos desconcierta, no sabiendo cuándo o dónde estamos cuando vemos su obra. La certeza que desprende es que es indígena, americana y escultórica”.

El comentario del crítico uruguayo, Mario Cladera, que le hizo directamente al escultor Pablo Yactayo,  no pudo ser más acertado en el concepto de la escultura actual: “En el simposio, es la única que no se parece a la escultura internacional que puede pertenecer al mundo contemporáneo pero sin tener un origen fijo. Tu obra pertenece al arte latinoamericano, que buscábamos los artistas por los años sesenta, tiene su origen en tu cultura milenaria”.

Acerca del simposio en general,  Carlinhos Santos, en su artículo Jardins de pedra, afirma que, “…Las piezas concebidas y finalizadas delante del público lo vuelven patrimonio del Parque de Esculturas. Reunidas en este mismo lugar, las once piezas serán concluidas y sumadas al acervo ya existente, estas esculturas diseñan un mapa mundial del arte”.


A los escultores, la nostalgia les invadió cuando llegó a su fin este encuentro de amistad y de arte tridimensional. El arduo trabajo había concluido y todos estaban agotados pero entusiasmados por los logros artísticos conseguidos. Todas las obras quedaron emplazadas en  el Parque de Esculturas de Bento Gonçalves. En la noche de gala bajo un espectáculo brasilero se hizo entrega de certificados y trofeos esculpidos en granito por el magnífico escultor brasileño Mauri Menegotto.




      El gran reto del escultor:  labrar grandes bloques de granito rojo de 15 toneladas aproximadamente.


   La maqueta, también en granito, lista para su ejecución.


Pablo Yactayo, escultor peruano.


Esbozo del perfil de la forma del batán.


Perfiles de la forma superior del batán.


Actividades culturales durante el simposio: Exposición individual del 
         escultor brasileño Mauri Menegotto. 


El escultor andino en plena actividad.


     Breve charla con estudiantes brasileños que diariamente visitaban
el simposio para ver el proceso de cómo se esculpe una obra


Un monta carga eleva la parte superior del batán.


La base del batán es trasladada para unirla a la otra pieza.


Después de un gran esfuerzo físico la obra pétrea quedó esculpida.


El simposio llegó a su fin. Los escultores internacionales recibieron certificados y trofeos.